sábado, 18 de maio de 2019

423ª Nota - Dom Lefebvre e seus erros_1: consequências da negação da infalibilidade do Papa



Vuelve a negar la infalibilidad de aquel que reconoce como papa, el cual, según él mismo dice,  puede arruinar a la Iglesia, lo que supone afirmar que la oración de Cristo por Pedro – Yo he rogado para que tu fe no desfallezca– no ha sido escuchada. ¡Si esto no es una blasfemia, qué lo será! Pero sigamos, y dejemos hablar a este neo galicano: “Unos dicen: los actos de Roma son tan malos que el papa no puede ser papa legítimo; es un intruso. Por lo tanto, no hay papa. Otros afirman: el papa no puede firmar decretos destructores de la fe; por lo tanto, estos actos son aceptables, se les debe sumisión. La Fraternidad no acepta ni una ni otra de estas dos soluciones. Apoyada en la historia de la Iglesia y en la doctrina de los teólogos ella piensa que el papa puede favorecer la ruina de la Iglesia escogiendo y dejando obrar a malos colaboradores, firmando decretos que no comprometen su infalibilidad pero que causan un daño considerable a la Iglesia (…)”.

Pero, para Mos. Lefebvre, no sólo caen para él en el error los papas conciliares, a los cuales él reconoce como verdaderos sumos pontífices, sino también Pío XI, lo cual es el colmo: …desgraciadamente, (Pío XI) era débil, muy débil, en la práctica de su gobierno, y más bien inclinado a aliarse algún tanto con este mundo. Destituyó no solamente al Padre Le Floch,...”

¿Quién era el P. Le Floch? Por su seguimiento a Maurras y por su apoyo a la Action Française, el espiritano Henri Le Floch, rector del Seminario Pontificio Francés, fue forzado a dimitir ante el Papa Pío XI. Recordemos que Action Française se presentaba como un grupo de “tradicionalistas, católicos y antimasones” que querían sujetar a la Iglesia al interés nacional, a los dictados del estado francés, pero rechazando la misión sobrenatural de la Iglesia y supeditándola a una “útil costumbre cultural del pueblo francés”. Su líder era un agnóstico declarado: Charles Maurras, quien diariamente fustigaba a la jerarquía eclesiástica francesa por su obediencia al Papado y que promovía un “conservadurismo positivista”, enemigo de la jerarquía y del Papado. Con el tiempo, fue influida e infiltrada por la Sinagoga judía para controlar la creciente corriente antimasónica francesa. Se enfrentó a la Iglesia en Francia, debido a que se desmontó y desenmascaró su contradictoria ideología. Los maurranianos eran herederos del movimiento “tradicionalista” iniciado décadas antes por un cardenal de Praga: Jacobo Shwarzenberg Arenberg, enemigo del Primado petrino y líder de los obispos contrarios a la infalibilidad papal en el Vaticano Primero.
(Extraído do blogue Católicos Alerta)